Perfiles: El fiestero supremo




La leyenda dice que el fiestero supremo es ese ser mitológico que no se pierde ningún sarao en la geografía española y allende los mares. Va a la tomatina de Buñol, a los carnavales de Canarias, al Oktoberfest en Munich, por supuesto a los San Fermines, a los moros y cristianos de Alcoy, al Orgullo Gay de Madrid y a la convención anual de muñeiras en Galicia. 


Es el primero en la barra para beber como un minero ucraniano, se pone hasta el ojete de todos los alcoholes disponibles incluido el sanitario y el de quemar de las lámparas. El objetivo real del fiestero supremo es perder el sentido a base de borracheras de campeonato y decir que estuvo allí. Claro, allí, en ese sitio borroso en su memoria del que solo recuerda la llegada porque iba sobrio.



Viven en los eternos 21 años, aunque el DNI diga que ya tienen entre 31 y 38 y su hígado revele, en un susurro agónico, que tiene 92. A su lado no hay descanso, siempre hay un plan que implica beber y perder el norte, dormir en un parque o amanecer en casas ajenas sin la cartera y sin un riñón, porque el hígado que ni se lo lleven. El resto del tiempo duermen la mona y trabajan como zombies hasta que llega el ansiado finde. He de decir que alguno no para ni entre semana.





Tienen un ránking de anécdotas que pasan desde el botellón tipo 4º de la ESO, al viaje a lo loco en medio de Siberia, los tríos con teutonas modelos del catálogo de Victoria´s Secret (ejem, claro, ya), a las fiestas descalabradas en casa de alguno,...a mi se me queda la cara de ascopena profunda solo de escucharles. 



Porque amigos a mi la genética no me ha brindado en gen borracho/ fiestero. Ohhh pobre de mi!!! Soy esa rara avis, la excepción a la norma que no necesita ponerse hasta la barretina de líquidos espirituosos para pasárselo bien. Tengo poca tolerancia a beberme hasta el agua de los floreros porque yo, a la segunda copa estoy que o me da la risa tonta o acabo de mala leche porque me duermo por cualquier esquina.



He presenciado cosas con estos ojos míos que le quitarían el sueño a cualquiera, pero aquí sigo, intentando transmitir el mensaje de esta religión de las solteras incomprendidas. 



Pero vayamos al grano. El fiestero supremo se puede detectar de dos maneras:



Online: En todas sus fotos lleva el accesorio estrella: el MINI de CALIMOCHO. Algunos son más estilosos y tiran de vaso de cubata. Suelen detectarse fácil porque no sabes quién es él, de entre todos los colegas que salen representados amorrados a la botella.



In person: En vuestra cita se ventila cuatro cañas (dobles/botellines) en lo que tu no has te has terminado tu tintito de verano. Se convierte en el abuelo batallitas y te cuenta todas las aventuras corridas como súbdito del alcohol, de su amigo que está loco y le meó a una la cara en el hostel mientras dormía pensando que era el baño, de aquella otra que salieron como borrachos de élite en la portada del diario local de Pisuerga de la Calzada, en la fiesta del vino estival,....son muchas, demasiadas.

Y no solo te lo cuenta, lo ilustra. Te enseña fotos, se ríe como si estuviera allí,...cara de nostalgia, de verdadero amor por la fiesta.


Son los típicos que tienen en su haber la llamada hora del orco o la de la pesca de arrastre, ese momento de la noche en el que todo vale para mojar el pizarrín...le meten el morro a todo lo que se encuentran, sea mujer, hombre melenudo o llama andina. Se les ve de lejos los ojillos entornados de pura práctica para enfocar y tu dudas, dudas mucho.



Y dudo porque tienen esa personalidad espontánea que te lleva siempre a vivir algo diferente, si fluyes con ellos te puedes encontrar con momentos épicos y con risas que te desencajen la mandíbula, te hacen sentir viva y un poco adolescente, sienten pasión por el ocio y lo aplican con la energía que les queda hasta estando sobrios. Son de los que bailan sin música, ahí lo dejo.


Bailando sin música, oligofrénico perdido.


Pero todo eso no ayuda a tomarles en serio, a pensar que tienes futuro con ellos,...puedes ser su colega femenina de borracheras y equipararte a una pandilla de bosnios de Erasmus, tal vez su follamiga, pero enamorar a un fiestero es casi imposible si no le tientas con garrafón de DYC.



Están muy lejos de sentar la cabeza y si soy sincera, no soy nadie ni quiero cambiar a una persona y querer sustituirle lo del bebercio por cosas de personas normales en la treintena. Que quiere ponerse como Massiel de campamento en La Rioja?? Pues chica, que se ponga. Que no queda contigo porque hay un fiestón del quince en la residencia de la tercera edad?? Pues que vaya hija mía, que vaya...que luego se queda con el morro largo y estará toooda tu corta relación echándotelo en cara.



Al final deciden, y se deciden por lo obvio: la eterna diversión. Tu te quedarás con cara de paisaje con fuente pero es que estás en otra etapa y a la chavalada de treintaytantos hay que dejarla que cabalgue libre para que se escamoche sola.





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